Cuando nos enamoramos hay química, de hecho nos inundamos de "neuroquímicos felices": oxitocina, serotonina, dopamina y endorfinas, que nos hacen sentir súper bien.
Pero el desamor también es química, nos saturamos del "neuroquímico infeliz" que es el cortisol.
Sí, el neurotransmisor que informa del dolor y el estrés y que desequilibra el cuerpo en una adaptación para la supervivencia.
Una ruptura romántica es un evento emocional tan intenso que puede provocar una miocardiopatía de takotsubo o "síndrome del corazón roto". El dolor puede causar insuficiencia cardíaca, arritmias, e incluso la muerte, explica el cardiólogo Sandeep Jauhar
Esta afección es reversible, cuando cesa el estrés emocional, el corazón vuelve también a la normalidad.
También cuando perdemos a nuestra pareja sentimos que una parte de nosotros mismos se ha perdido también. Y es así porque desaparece una fuente de equilibrio de nuestros propios sistemas corporales.
Lisa Feldman Barrett, neurocientífica, le da sentido con su teoría de la corregulación: es una conexión física que se da cuando estamos con alguien que nos importa. Tendemos a sincronizar la respiración, los latidos del corazón, incluso las ondas cerebrales.
Un gesto como una mueca de disgusto, nos desequilibra químicamente. Una palabra amable, una caricia, nos cambia también la sensación física.
Claramente, la pérdida de este factor regulador de nuestro propio cuerpo nos descompensa.
Parece que las regiones cerebrales involucradas en el amor romántico se encuentran en el tronco del encéfalo, en el sistema límbico, inconsciente, cerca de otras regiones que activan la sed o el hambre. Causa un síndrome de abstinencia similar al de la heroína.
Para Loretta Breuning, PhD, un corazón se rompe porque hemos experimentado una enorme decepción . Y la decepción es muy desagradable porque es un mecanismo de supervivencia para evitar repetir una acción que nos es perjudicial.
Es la alerta en forma de gran chute de cortisol, para dejar de invertir energía en esa actividad que no nos lleva a nuestro fin.
Guy Winch, explica que el proceso psicológico es el duelo, como una muerte. Un período de estrés crónico, devastador e incapacitante, con profundos deterioros cognitivos, emocionales y psicológicos.
Y no podemos confiar en lo que la mente nos pide: explicaciones y claves que no existen.
Es importante equilibrar la idealización post ruptura, recordando su ceño fruncido, no solo su sonrisa, y lo mal que nos hizo sentir.
Si el dolor emocional fuera visible como ver brotar sangre de una herida, encontraríamos también formas menos crueles de romper con las personas, como el "ghosting".
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Propongo hacer una pausa de serenidad y en calma, dar gracias por todo lo bueno que ha aportado a tu vida esa relación.
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TedTalk, Guy Winch: "How to fix a broken heart": https://www.ted.com/talks/guy_winch_how_to_fix_a_broken_heart?language=es