Estrés de segunda mano. El estrés de los otros nos estresa.

Grupo, neuronas espejo y supervivencia. La corregulación.

Grupo, neuronas espejo y supervivencia. La corregulación.

Somos seres sociales, necesitamos del grupo para sobrevivir, cooperamos y construimos civilizaciones.

Nuestro cerebro puede “leer” las emociones de los otros porque necesitamos percibir cualquier alteración que pueda comprometer la propia supervivencia. Para ello disponemos de una red específica de neuronas, llamadas neuronas espejo, que se activan para empatizar y entender lo que siente el individuo que tenemos delante, para imitarlo y replicarlo.

Por otra parte, el estrés es una reacción fisiológica automática, atávica e inconsciente, ante una amenaza para nuestra vida o nuestra personalidad.

Como es físico, se puede ver, se puede notar. Observamos claramente los síntomas en una persona estresada: los hombros elevados, la respiración agitada, sudoración y todo el lenguaje no verbal expresando malestar.

Nuestras neuronas espejo se activan para sentir lo mismo. Igual que si ves un bostezo, tienes ganas de bostezar, si ves a alguien reír, te ríes también; así nos estresa el estrés de los otros. Nos ponemos en modo alerta.

A la vez, se activa el efecto de corregulación en el sistema límbico. Esto es la tendencia a sincronizar el ritmo de la respiración y la frecuencia cardiaca con las personas que tenemos cerca.

No sólo lo vemos, el estrés se huele también. Cuando estamos estresados exudamos hormonas que son captadas por el olfato y que activan la respuesta de estrés. Literalmente el estrés está en el aire.

Si en el trabajo no dominamos las situaciones  de estrés, contagiaremos a los demás con las graves consecuencias que esto tiene en la salud y el rendimiento de todos. No olvidemos que el estrés es sobre todo bloqueo mental, incapacidad para pensar.

Obviamente parece razonable que un líder sepa autorregularse y no contaminar a sus equipos, así como que el observador de un individuo estresado sepa trascender la biología y mantener la calma.

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Para ello, propongo aprender a "fabricar una pausa de serenidad".

Con un método sencillo, aterrizado y que todos podemos realizar en medio minuto, hasta los más escépticos. Con el cuerpo, la respiración y la mente. En tres pasos.

Es un método básico, el abordaje es físico, no mental o psicológico, no requiere entrenamiento. Lo aprendes y te lo llevas puesto para siempre.
No es mindfulness, no es meditación.
El cuerpo es el aliado de la mente. 😉
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Llámame o escríbeme y te lo explico detalladamente.

#gestióndeEstrés
#seguridadpsicológica
#saludmental
#pausadeserenidad

Fuentes:
Lisa Feldman Barrett Autora de "Lessons about the Brain"
@José María Peiró. Catedrático de Psicología del Trabajo
Howard A. Friedman, Ph.D. y Ron Riggio, Ph.D. Interacción no verbal
Heidi Hanna. Autora de "Stressholic"
Daniel Goleman Autor de "Focus"

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