-"Si estás tranquila, ella vendrá a ti".
Son las palabras de mi hijo con trece años para consolarme.
Me acosté llorando, descorazonada, agotada. Y él vino y me abrazó con sus brazos y con estas palabras.
Completamente asombrada, le pregunté qué quería decir. Y me explicó que tenía que mantener la calma, que si hacía algún movimiento brusco, la ardilla se asustaría y no se acercaría.
Que, en cambio, si estaba tranquila, se aproximaría y podría entregarme la "nuez de la sabiduría".
Aún me emociono muchísimo. Porque él sí que estaba transmitiendo sabiduría. No sé cómo, o desde dónde.
Pero él, yo y todos, sabemos que sólo desde la serenidad podemos ver (y atraer) nuestro camino vital.
Gracias hijo. Por cómo eres. Por enseñarme tanto.
#gestióndeEstrés
#pausadeserenidad
#amor