Los gurús, los “coaches”, los libros de liderazgo, los de autoayuda, nos dan la clave para ser felices sin excusas:
“Encuentra tu pasión”
Nunca entendí lo de la pasión como guía del destino, o como motor de motivación para la vida.
Cuando he sentido lo que creía que era una pasión, ésta podía conmigo;
no era libre, estaba ansiosa, mi criterio estaba obnubilado y mi energía enfocada sólo en hacer lo que me apasionaba. El resto de personas y actividades no tenían ningún interés.
Y entonces encontré la definición en el diccionario de la RAE:
- La pasión es sufrimiento, es un estado pasivo contrario a la acción, y una perturbación y afecto desordenado del ánimo.
- La Pasión de Cristo es el terrible padecimiento a causa de la cruel tortura a la que le sometieron, hasta que murió después de agonizar durante tres días.
Etimológicamente, pasión procede del latín "patior" que significa padecer, de donde proceden también las palabras patología o paciente. 😯
Ooops! ¡No puede ser! ¡Pero si pasión es lo que me gusta! ¿O quiero decir amor?
Curiosamente, según los investigadores Carol Dweck de Stanford, y @Greg Walton de Yale, la pasión entendida como algo que nos gusta tiene el importante matiz de además ser buenos en ello.
Y eso sólo se logra invirtiendo mucho tiempo y mucha práctica.
Así, una pasión duradera, (es decir, amor), no se encuentra, se desarrolla.
Te propongo hacer una pausa de serenidad y pensar y comprobar si sientes pasión o amor por lo que haces.