La madre de todas las distracciones. No es la tecnología.  

Para hacer el trabajo difícil, el que nos va a hacer progresar, necesitamos un tiempo sin distracciones. Un tiempo para pensar, reflexionar, planificar, y proyectar.

¿Sin distracciones? Estamos rodeados de cosas que nos distraen todo el tiempo.

Tendemos a culpar de la postergación o la falta de concentración a la tecnología; redes sociales, noticias, alertas, notificaciones, "dings", pero Platón ya se quejaba de la falta de atención 2.500 años antes de internet.

Si tenemos un gran objetivo que requiere nuestra total atención y que sabemos que es clave para nosotros y nuestro futuro, ¿cómo es que en lugar de ponernos a trabajar, comprobamos el correo, Instagram, LinkedIn o lo que sea?

Nir Eyal, autor de "Indistractable", (indistraíble), lo explica muy fácilmente; lo contrario de distracción no es concentración, es “tracción”.

Tracción significa tirar, lo que te hace avanzar, lo que te lleva a ser la persona que quieres ser. Así que lo que no nos permite cumplir con lo que nos hemos propuesto, es una dis-tracción.

Pero una distracción no nos sucede, la hacemos conscientemente.

Curiosamente los estudios indican que sólo el 10% de las distracciones proceden del exterior.
El otro 90%, la madre de todas las distracciones, es nuestro malestar interno, el estado emocional incómodo del que buscamos escapar.

Estas sensaciones incómodas son aburrimiento, incertidumbre, miedo, soledad, fatiga, estrés, ansiedad, impaciencia, e incluso el llamado síndrome del impostor.

En un click, tenemos la solución a esa incomodidad, en cualquier dispositivo. Esa es la diferencia en nuestra época, que la dis-tracción está literalmente al alcance de la mano.

Nir Eyal afirma categóricamente que la gestióndel tiempo es la gestión del dolor. Sin dominar este impulso interno, siempre querremos escapar.

Una de las formas de controlar este “dolor” es con un diálogo de comprensión, de autocompasión, como si nos miráramos desde fuera como un buen amigo: “Vale, estás sintiendo miedo; ánimo y continúa".

Otra forma de control que describe Nir Eyal, es decirnos “todavía no", y poner un temporizador 10 minutos desde el momento que sentimos el impulso de distraernos.

Esperamos ese tiempo y seguramente descubriremos que hemos logrado volver a concentrarnos.

Es vital acotar tiempo para la tracción, colocarlo en el calendario y defenderlo con todas las armas.

Sentir que hemos mantenido la palabra con nosotros mismos, nos hará sentir bien y el cerebro nos recompensa con una dosis de la adictiva dopamina, la hormona del logro, que nos hará repetir la acción al menos al día siguiente. 😉
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Para reconocer cuál es tu malestar interno, te propongo “fabricar una pausa de serenidad”, y en calma identificar si es miedo, aburrimiento o cualquier otra emoción.

#gestióndeEstrés
#pausadeserenidad
#rrhh

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